ESTUDIOS TÉCNICOS PARA BANDURRIA
Núm. producto: MP020028
Descripción
Autor: Marga Wilden-Hüsgen
Adaptación para bandurria: Rubén García-Casarrubios
Para: Bandurria (60 páginas)
Prólogo:
Los siguientes ejercicios técnicos pretenden mostrar a los bandurristas de
Grado Profesional y Superior una propuesta para el estudio de técnica rutinario.
Practicar música instrumental puede hacer alcanzar la madurez musical, pero
sobre la base de una sólida técnica de la mano derecha e izquierda. Por ello es
indispensable realizar un programa de técnicas. Esto no sólo es válido para los que todavía están aprendiendo, sino también para los músicos ya formados de Grado Superior. Aspectos como la fluidez, la coordinación y sobre todo la resistencia han de ser entrenados diariamente para conseguir el rendimiento deseado. Este libro dedica un amplio espacio a los patrones de arpegio de los maestros de mandolina clásicos del siglo XVIII y románticos del XIX. Estas técnicas para bandurria,
indispensables, no se ofrecen hoy en ningún método de estudio pero es necesario conocerlas para poder llevar a cabo una adecuada interpretación del estilo. Como propuesta se proporcionan unas ideas para el estudio de las técnicas.
• Ejercicios de escalas, con escalas en modo mayor o menor para alternar cada
semana, mediante las que se pretende superar un problema técnico concreto,
como por ejemplo las ligaduras de expresión, de duración, la dinámica, el
registro, el ritmo, la repetición de notas o la independencia de la mano derecha e izquierda.
• Ejercicios de resistencia, aumentando el tiempo.
• Ejercicios de coordinación. Para conseguir un tiempo superior a 120 es
importante practicar una controlada alza-púa, es decir, series de dieciséis notas repetidas hasta más allá del tiempo que se pretende.
• Técnicas de articulación. Siempre se debería practicar un tipo de articulación
hasta que se haya adquirido seguridad con el tiempo indicado.
En este libro no se dan propuestas para el sonido. La habilidad técnica no se debe tener como único objetivo. Una buena sonoridad debería ser siempre el primero, es decir, un sonido completamente redondo, libre de ruidos, como el cerdear o raspar de las cuerdas, el de la púa, y sobre todo el equilibrio del sonido de las diferentes cuerdas, en especial la primera. Se puede conseguir una ejecución de esta cuerda con un sonido equilibrado mediante una púa más inclinada y cogida más relajadamente al pulsar, y un deslizamiento preciso sobre las cuerdas durante el alza-púa.